CARTA A UNA MAMÁ CANSADA




Hola, sé que como te sientes, me siento igual a veces. Te duele la cabeza, un llanto más podría ocasionarte un aneurisma. Necesitas un poco de privacidad, un poco de tiempo.

Sé cómo duele sentirte a veces culpable por querer abandonar todo, por mirar al pasado y añorar lo que antes solías tener, lo que solías hacer.

Yo también lo hago, recuerdas cuando salías con tus amigas toda la noche, cuando no había quien te espere en casa, cuando no pensabas en nadie más mientras salías a divertirte.

Por cierto, mis amigas también desaparecieron, la mayoría de ellas tiene su vida diferente y propia, ya no conversas con todas ellas como antes, ahora sólo puedes contarlas con los dedos, ¿Cierto?

¿Cuándo fue la última vez que saliste a tomarte un trago? ¿Cuándo fue la última vez que saliste a tomarte un café? ¿Cuándo fue la última vez que saliste sola?

Todo eso ha desaparecido, lo sé, también me ha pasado. Y te entiendo.  
     
Y encima de todo ello, miras al lado a todas esas madres perfectas, que aparentan nunca caer, que parecen muy felices todo el tiempo, que jamás se cansan. ¿Por qué contigo no es así?

¿Sabes qué?

Podría darte una lista de todo lo bueno de la maternidad, de todo lo hermoso de ser madre. Pero no lo haré, sé que lo sabes, sé que sabes que aunque estés arrastrando tu cuerpo de cansancio, el mirar una pequeña sonrisita, puede ser más energizante que diez mil Red Bulls. Sé que sabes que extrañas la vida social adulta, cuándo conversabas de otras cosas que no sean los logros de tu bebé. Lo sé. No tengo que recordártelo.


Lo que sí te voy a decir, es que, es normal que te sientas así. Es normal a veces sentirte presionada, a veces no saber qué hacer. No saber cómo lidiar con lo grande que es ser madre. A veces sucumbir ante los llantos, ante los quejidos. Es normal no haberte bañado en dos días porque simplemente no tuviste tiempo de hacerlo. Es normal querer tiempo para ti misma, es normal necesitar privacidad, es normal sentirte triste, es normal sentirte feliz a los dos segundos. Es TODO normal.


Y sentir todo eso no te hace mala madre, no te hace diferente que las demás.

Eso te hace humana, te hace fuerte, porque cada día que pasa, con todo lo que sientes, sales adelante por tu familia. Sabes lo que es amar más fuerte que nadie.

Si bien es cierto, ser mamá es grandioso, también es muy cansado y nadie parece entenderlo.


Así que, si tienes alguien de confianza que pueda cuidar a tu pequeño, aprovéchalo, déjalo con los abuelos, con su tía o tío favorito y anda al cine. Sal a comer con esa amiga que no ves hace tiempo. Conversa de algo más que no sea lo que hizo tu hijo hace dos días. Anda a comprarte ese vestido que te hacía sentir súper sexy. Haz planes con tu pareja, tengan una cita de vez en cuando. Únete a un grupo social, gimnasio, baile, pintura, manualidades.


Y date cuenta, que todo lo que sientes, todo es normal, eres mamá, eres milagrosa porque das vida. Y no te preocupes, de aquí a unos años, tendrás toda la libertad que alguna vez quisiste, pero además de eso, tendrás unos hijos preciosos y enormes, que te harán reír cada día más con sus ocurrencias.


Te entiendo, me pasa lo mismo y le pasará lo mismo a miles de mujeres.

No están solas, no lo estarán nunca desde que escucharon el primer latido.


Suerte, tómate un descanso y deja de sentirte culpable. Lo mereces.



Sheilla Acosta - Wawasumaq


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